No hay duda: la inteligencia artificial está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana, sobre todo durante los últimos años.
Y es que son muchas las áreas y disciplinas donde se puede trabajar con esta poderosa tecnología, y diversos profesionales han necesitado conocer más y aprender a sacar provecho a la inteligencia artificial.
En este sentido, dentro del mundo UX es fundamental no sólo centrarse en la facilidad de uso y la interfaz al diseñar experiencias para soluciones con IA, sino también considerar las implicaciones éticas de sus decisiones en el proceso de trabajo; esta dimensión cobra especial relevancia cuando las decisiones pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas usuarias.
Nuestros productos y servicios que integren la inteligencia artificial para proporcionar una mejor experiencia y más personalizada, deben considerar algunos principios básicos que permitan alcanzar buenos resultados sin dejar de lado la dimensión ética de esta tecnología y cómo puede afectar a los usuarios.
Nuestros sistemas no deben discriminar ni favorecer a ciertos usuarios por razones injustas. Para esto debemos tomar en consideración la imparcialidad y equidad, asegurándose de que el sistema no discrimina basándose en género, raza, religión, entre otros.
Los usuarios tienen derecho a entender cómo funcionan los algoritmos y cómo se usan sus datos. Eso quiere decir que los solicitantes deben ser informados de que un algoritmo está tomando la decisión y, en caso de rechazarlo, recibir una explicación comprensible.
Deben tomarse medidas para proteger los datos personales de los usuarios, volviéndose primordial el garantizar que no se utilicen para otros propósitos distintos a los informados.
Si un sistema de IA causa daño, deberíamos poder determinar quién es el responsable. En estos casos es importante considerar tener un sistema de rendición de cuentas en caso de errores o fallos en las predicciones.
Además de comprender y tener en cuenta los principios éticos básicos a la hora de diseñar experiencia, hacernos la pregunta de cómo mejorar las mismas es clave.
Después de entender el escenario al que se enfrenta lo que diseñamos, desde esta mirada ética podemos llegar a algunas conclusiones destacables, tales como:
Y para complementar y medir este análisis, de manera complementaria también podemos realizar una evaluación ética que permita identificar oportunidades de mejora en la experiencias y productos digitales con IA, considerando:
En conclusión, el diseño ético de experiencias con inteligencia artificial es esencial para garantizar un futuro tecnológico más inclusivo y equitativo. Las y los profesionales UX debemos ir más allá de los principios que ya aplicamos en nuestra disciplina y evaluar las implicaciones éticas de nuestras decisiones al diseñar.
En CleverIT sabemos que los principios de justicia, transparencia, privacidad y responsabilidad deben ser pilares fundamentales en el desarrollo de soluciones con inteligencia artificial. Para lograrlo, el aprendizaje y la mejora continua resultan claves en cualquier equipo que apunte a generar mejores soluciones para las personas, utilizando el máximo potencial de la inteligencia artificial y sus alcances.